Continuando con el tema anterior, hablaba de un segundo aspecto que debemos de tomar en cuenta en la revelación que Dios hace de sí mismo, validándose de la creación hecha por el, que nosotros le llamamos naturaleza. A este segundo aspecto le podríamos llamarle una revelación interior o, al menos, la capacidad interior de sentirla o recibirla. Acá vuelvo a mencionar que ninguna persona en su estado natural ha llegado realmente a conocer a Dios en el sentido bíblico más cabal, pero, todas las personas tienen la capacidad de recibir la revelación natural. Pablo se refiere a esta capacidad cuando dice que "lo que de Dios se conoce les es manifiesto" (Rom. 1:19).
Veamos un ejemplo sencillo. Supongamos que venimos manejando por una calle y vemos una señalización que dice: "Desvío girar a la izquierda". Pero ignoramos esa advertencia y continuamos conduciendo de frente y no hacemos el desvío a la izquierda. Pero para nuestra mala suerte, hay un oficial de policía cerca que nos hace el alto y nos impone una multa. ¿Qué excusa podríamos tener? Podríamos decir que no vimos la señalización. Pero no hará ninguna diferencia, por que, mientras estemos conduciendo el automóvil la responsabilidad de ver las señales de tránsito y obedecerlas les nuestra. Aun más, seremos responsables si, por haber ignorado tal señalización, nos caemos por un barranco destruyéndonos a nosotros y a nuestros pasajeros.
Pablo nos está diciendo, primero, que hay una señalización. Es la revelación de Dios en la naturaleza. Segundo, podemos “verla”. Si elegimos ignorar la señalización, y arriesgarnos a un desastre, la responsabilidad será solo nuestra. El juicio de Dios (como el del oficial de policía, al imponer la multa) se debe a que siendo conscientes de Dios nos negamos a reconocerle como Dios, y no, a que no le hayamos podido conocerle. Pablo mismo escribe: "de modo que no tienen excusa; pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios" (Ro. 1:20-21).
Este párrafo que Pablo escribe, no está diciendo que la señalización está ahí pero que está oculta, que sólo la podremos ver si miramos detenidamente con un microscopio, como si fuéramos unos científicos. Pablo está diciendo que la señalización es bien clara. Es como un anuncio publicitario. No hay nadie, no importa lo tonto o insignificante que sea, que pueda tener como excusa no haberla visto. Hay suficiente evidencia de Dios en una flor de forma tal que tanto un niño como un científico pueden ser conducidos hacia Dios. Hay suficiente evidencia en un árbol, un río, un grano de arena, una huella dactilar, para hacernos glorificar a Dios y agradecerle por revelarse a nosotros. Este es el camino del conocimiento de Dios, pero lamentablemente las personas no lo tomarán. Pondrán a la naturaleza o a partes de la naturaleza en lugar de Dios y se encontrarán con sus corazones entenebrecidos, duros y necios.
Juan Calvino llega a esta conclusión: "Pero aunque no tenemos la posibilidad natural de alcanzar el conocimiento puro y claro de Dios, no tenemos excusa, ya que la torpeza es nuestra culpa. Y tampoco podemos pretender ser ignorantes sin que nuestra conciencia nos acuse de bajeza e ingratitud".
Cuando Calvino habla de la bajeza y la ingratitud del hombre, nos trae al segundo punto que expuse en el argumento de Pablo a los romanos, el hecho de que todos hemos rechazado a Dios a pesar de la revelación que Dios hace de sí mismo en la naturaleza. Sin embargo, cuando Pablo desarrolla este punto en Romanos (vs. 18), también nos da la razón y el porque de nuestro rechazo, y esta se encuentra en la frase "que detienen con injusticia la verdad".
Acá quiero ir al griego original en que esta escrita esta carta, para explicar la palabra traducida "detienen", que en griego es "katechein", y que significa "sostener", "sujetar", "mantener", "coger", "contener", "restringir", "reprimir". El término entonces, en un sentido positivo se utilizaba para significar estar sujetos a algo que es bueno. Pablo nos habla en otra de sus cartas de "estar asidos a la palabra de vida" (Fil. 2:16), y en un sentido negativo, esta palabra se utilizaba para significar cuando equivocadamente se restringe o impide algo. Es así como en las nuevas traducciones de la Biblia, este párrafo de Romanos 1:18 lo traducen como lo que "detienen la verdad con su maldad" (NIV), "detienen la verdad con injusticia" (NASB), y "mantienen la verdad encarcelada en su maldad" (JB).
En otras palabras, el ser humano está "enterrando” la verdad, por lo que entonces, esta es la naturaleza del problema, y la ira de Dios se revela desde los cielos contra los seres humanos, no porque simplemente o por descuido, no se han dado cuenta de la verdad, sino, más bien, porque en lo profundo de sus corazones, con maldad y deliberadamente, han reprimido lo que sabían o han aprendido sobre Dios.
Toda persona tiene el conocimiento suficiente para volverse de su forma de vida hacia Dios y así, por lo menos, comenzar a buscarle. Pero este conocimiento, en vez de aceptarlo, ha sido rechazado o reprimido, deteniendo la verdad, ya que amenaza con demoler el punto de vista y/o estilo de vida de la persona.
¿Por qué hacemos esto?
Si es cierto que, como he señalado anteriormente, el conocimiento de Dios obra siempre para nuestro beneficio, y si, como acabamos de decir, el principio de dicho conocimiento ya se halla presente en nosotros, entonces, sigo con mas preguntas, ¿Por qué lo reprimimos? ¿No tendríamos que recibir esta verdad con los brazos abiertos e intentar tomar más de ella? ¿Acaso las personas son simplemente irracionales en este asunto? ¿O será que el argumento de Pablo es erróneo?
Yo realmente creo que Pablo no está equivocado. Los hombres y las mujeres detienen la verdad, y pienso que el motivo por el cual lo hacen eso, es porque esta en su “naturaleza” rechazar a Dios, no les gusta la verdad sobre Dios, no les gusta el Dios a quien esa verdad los conduce.
Notemos que Pablo comienza estos versículos de Romanos diciendo que la ira de Dios se revela desde el cielo contra "toda impiedad e injusticia de los hombres".
La impiedad tiene varios significados. En esta ocasión no significa que los seres humanos no son como Dios (si bien esto es cierto), sino que además están en un estado de oposición a la naturaleza divina de Dios. Dios es soberano, pero a las personas no les gusta su soberanía. No desean reconocer que hay uno que con rectitud los gobierna. Realmente a nadie le gusta que le gobiernen. Dios es santo, pero a los hombres y las mujeres no les gusta su santidad. Su santidad pone nuestros pecados sobre la mesa. No nos gusta un Dios que ve hasta en lo más recóndito de nuestros corazones y que nos conoce íntimamente. Casi todo lo que puede ser conocido sobre Dios le resulta, de algún modo u otro, repulsivo al hombre natural. Entonces reprime la evidencia que lo podría conducir en la dirección del verdadero conocimiento de Dios.
Y con la segunda palabra que es "injusticia", solo puedo decir que al hombre natural todo lo que sea de Dios le resulta repugnante, pero el motivo sustancial de esta repugnancia es la justicia divina. El hombre y la mujer, no son justos ni son rectos, y están conformes con su falta de justicia y rectitud. En consecuencia, no desean conocer a un Dios que les demandaría imposiciones morales. Conocer a Dios requeriría entonces un cambio en esa forma de ser, en otras palabras, el rechazo a conocer a Dios se basa en causas morales y no intelectuales.
Bueno, hemos llegado a esta altura a la fuente del problema humano. Los hombres y las mujeres han rechazado el conocimiento de Dios. Pero les resulta imposible detenerse ahí. Han rechazado a Dios; pero todavía son criaturas divinas y en su carácter intelectual y moral tienen necesidad de Dios (o de algo que se le asemeje). Al ser reacias a conocer al verdadero Dios y al no poder vivir sin él, porque muy dentro de ellos hay un vacío, algo les hace falta, y como no encuentran como llenar ese vació, se inventan dioses sustitutos para ocupar su lugar. Estos dioses pueden ser por ejemplo, las leyes científicas sofisticadas de nuestro tiempo, los dioses y las diosas del mundo antiguo, griego, romano, etc., o las imágenes bestiales y depravadas del paganismo, o cualquier otra cosa que se les ocurra.
Lo irónico de todo esto es que, los hombres y las mujeres no desean aceptar a Dios, y sin embargo, necesitan algo que ocupe el lugar de Dios.
Veamos un ejemplo sencillo. Supongamos que venimos manejando por una calle y vemos una señalización que dice: "Desvío girar a la izquierda". Pero ignoramos esa advertencia y continuamos conduciendo de frente y no hacemos el desvío a la izquierda. Pero para nuestra mala suerte, hay un oficial de policía cerca que nos hace el alto y nos impone una multa. ¿Qué excusa podríamos tener? Podríamos decir que no vimos la señalización. Pero no hará ninguna diferencia, por que, mientras estemos conduciendo el automóvil la responsabilidad de ver las señales de tránsito y obedecerlas les nuestra. Aun más, seremos responsables si, por haber ignorado tal señalización, nos caemos por un barranco destruyéndonos a nosotros y a nuestros pasajeros.
Pablo nos está diciendo, primero, que hay una señalización. Es la revelación de Dios en la naturaleza. Segundo, podemos “verla”. Si elegimos ignorar la señalización, y arriesgarnos a un desastre, la responsabilidad será solo nuestra. El juicio de Dios (como el del oficial de policía, al imponer la multa) se debe a que siendo conscientes de Dios nos negamos a reconocerle como Dios, y no, a que no le hayamos podido conocerle. Pablo mismo escribe: "de modo que no tienen excusa; pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios" (Ro. 1:20-21).
Este párrafo que Pablo escribe, no está diciendo que la señalización está ahí pero que está oculta, que sólo la podremos ver si miramos detenidamente con un microscopio, como si fuéramos unos científicos. Pablo está diciendo que la señalización es bien clara. Es como un anuncio publicitario. No hay nadie, no importa lo tonto o insignificante que sea, que pueda tener como excusa no haberla visto. Hay suficiente evidencia de Dios en una flor de forma tal que tanto un niño como un científico pueden ser conducidos hacia Dios. Hay suficiente evidencia en un árbol, un río, un grano de arena, una huella dactilar, para hacernos glorificar a Dios y agradecerle por revelarse a nosotros. Este es el camino del conocimiento de Dios, pero lamentablemente las personas no lo tomarán. Pondrán a la naturaleza o a partes de la naturaleza en lugar de Dios y se encontrarán con sus corazones entenebrecidos, duros y necios.
Juan Calvino llega a esta conclusión: "Pero aunque no tenemos la posibilidad natural de alcanzar el conocimiento puro y claro de Dios, no tenemos excusa, ya que la torpeza es nuestra culpa. Y tampoco podemos pretender ser ignorantes sin que nuestra conciencia nos acuse de bajeza e ingratitud".
Cuando Calvino habla de la bajeza y la ingratitud del hombre, nos trae al segundo punto que expuse en el argumento de Pablo a los romanos, el hecho de que todos hemos rechazado a Dios a pesar de la revelación que Dios hace de sí mismo en la naturaleza. Sin embargo, cuando Pablo desarrolla este punto en Romanos (vs. 18), también nos da la razón y el porque de nuestro rechazo, y esta se encuentra en la frase "que detienen con injusticia la verdad".
Acá quiero ir al griego original en que esta escrita esta carta, para explicar la palabra traducida "detienen", que en griego es "katechein", y que significa "sostener", "sujetar", "mantener", "coger", "contener", "restringir", "reprimir". El término entonces, en un sentido positivo se utilizaba para significar estar sujetos a algo que es bueno. Pablo nos habla en otra de sus cartas de "estar asidos a la palabra de vida" (Fil. 2:16), y en un sentido negativo, esta palabra se utilizaba para significar cuando equivocadamente se restringe o impide algo. Es así como en las nuevas traducciones de la Biblia, este párrafo de Romanos 1:18 lo traducen como lo que "detienen la verdad con su maldad" (NIV), "detienen la verdad con injusticia" (NASB), y "mantienen la verdad encarcelada en su maldad" (JB).
En otras palabras, el ser humano está "enterrando” la verdad, por lo que entonces, esta es la naturaleza del problema, y la ira de Dios se revela desde los cielos contra los seres humanos, no porque simplemente o por descuido, no se han dado cuenta de la verdad, sino, más bien, porque en lo profundo de sus corazones, con maldad y deliberadamente, han reprimido lo que sabían o han aprendido sobre Dios.
Toda persona tiene el conocimiento suficiente para volverse de su forma de vida hacia Dios y así, por lo menos, comenzar a buscarle. Pero este conocimiento, en vez de aceptarlo, ha sido rechazado o reprimido, deteniendo la verdad, ya que amenaza con demoler el punto de vista y/o estilo de vida de la persona.
¿Por qué hacemos esto?
Si es cierto que, como he señalado anteriormente, el conocimiento de Dios obra siempre para nuestro beneficio, y si, como acabamos de decir, el principio de dicho conocimiento ya se halla presente en nosotros, entonces, sigo con mas preguntas, ¿Por qué lo reprimimos? ¿No tendríamos que recibir esta verdad con los brazos abiertos e intentar tomar más de ella? ¿Acaso las personas son simplemente irracionales en este asunto? ¿O será que el argumento de Pablo es erróneo?
Yo realmente creo que Pablo no está equivocado. Los hombres y las mujeres detienen la verdad, y pienso que el motivo por el cual lo hacen eso, es porque esta en su “naturaleza” rechazar a Dios, no les gusta la verdad sobre Dios, no les gusta el Dios a quien esa verdad los conduce.
Notemos que Pablo comienza estos versículos de Romanos diciendo que la ira de Dios se revela desde el cielo contra "toda impiedad e injusticia de los hombres".
La impiedad tiene varios significados. En esta ocasión no significa que los seres humanos no son como Dios (si bien esto es cierto), sino que además están en un estado de oposición a la naturaleza divina de Dios. Dios es soberano, pero a las personas no les gusta su soberanía. No desean reconocer que hay uno que con rectitud los gobierna. Realmente a nadie le gusta que le gobiernen. Dios es santo, pero a los hombres y las mujeres no les gusta su santidad. Su santidad pone nuestros pecados sobre la mesa. No nos gusta un Dios que ve hasta en lo más recóndito de nuestros corazones y que nos conoce íntimamente. Casi todo lo que puede ser conocido sobre Dios le resulta, de algún modo u otro, repulsivo al hombre natural. Entonces reprime la evidencia que lo podría conducir en la dirección del verdadero conocimiento de Dios.
Y con la segunda palabra que es "injusticia", solo puedo decir que al hombre natural todo lo que sea de Dios le resulta repugnante, pero el motivo sustancial de esta repugnancia es la justicia divina. El hombre y la mujer, no son justos ni son rectos, y están conformes con su falta de justicia y rectitud. En consecuencia, no desean conocer a un Dios que les demandaría imposiciones morales. Conocer a Dios requeriría entonces un cambio en esa forma de ser, en otras palabras, el rechazo a conocer a Dios se basa en causas morales y no intelectuales.
Bueno, hemos llegado a esta altura a la fuente del problema humano. Los hombres y las mujeres han rechazado el conocimiento de Dios. Pero les resulta imposible detenerse ahí. Han rechazado a Dios; pero todavía son criaturas divinas y en su carácter intelectual y moral tienen necesidad de Dios (o de algo que se le asemeje). Al ser reacias a conocer al verdadero Dios y al no poder vivir sin él, porque muy dentro de ellos hay un vacío, algo les hace falta, y como no encuentran como llenar ese vació, se inventan dioses sustitutos para ocupar su lugar. Estos dioses pueden ser por ejemplo, las leyes científicas sofisticadas de nuestro tiempo, los dioses y las diosas del mundo antiguo, griego, romano, etc., o las imágenes bestiales y depravadas del paganismo, o cualquier otra cosa que se les ocurra.
Lo irónico de todo esto es que, los hombres y las mujeres no desean aceptar a Dios, y sin embargo, necesitan algo que ocupe el lugar de Dios.
Podríamos decir entonces, que el proceso de este rechazo del hombre y de la mujer hacia Dios, es un proceso de tres etapas, bien conocido por los psicólogos contemporáneos (que me corrijan los que son psicólogos si me equivoco): el trauma, la represión y la sustitución.
Este rechazo del ser humano a conocer el Dios verdadero choca contra el y lo lastima. Es traumático. Como consecuencia, reprimime lo que sabe de Dios. Pero, este conocimiento de Dios, aunque reprimido, no puede ser destruido, permanece intacto, aunque profundamente enterrado en el subconsciente, su ausencia es sentida, y el Dios verdadero es sustituido por "lo que no es Dios".
Finalmente, llegamos así a la primera afirmación de Pablo, habiendo tomado los tres puntos principales de la porción en el sentido inverso: la ira de Dios se revela contra los seres humanos porque han reprimido lo que comprendían del conocimiento de Dios.
Algunas personas no se sienten cómodas con la enseñanza de que el Dios del universo manifieste ira. Entienden que Dios es un Dios de amor, como sin duda lo es, y eso si lo aceptan, pero no pueden comprender cómo Dios puede poseer ambas características, eso no lo aceptan. En este punto, o no comprenden, o no conocen a Dios. Si realmente conocieran a Dios, sabrían que si El no manifestara ira contra el pecado, fuera un Dios deforme o mutilado, como que le faltara algo, pero realmente a Dios no le falta nada, El es perfecto en su amor, eso es una gran verdad.
Pero Dios también es perfecto en su ira, como Pablo bien nos dice en Romanos, "se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres". De cualquier forma lógica de presentar esta doctrina o enseñanza, la ira de Dios es la primer verdad que debemos aprender sobre él. ¿Por qué no comenzó Pablo diciéndonos que el amor de Dios se revela desde el cielo? No lo hizo porque Dios no sea amor, porque sí lo es, como Pablo nos demuestra en esta carta a los romanos y en otras cartas incluidas en la Biblia. Lo hace para que reconozcamos nuestra profunda necesidad espiritual y que estemos preparados para recibir el conocimiento de Dios a través de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, porque sólo así podremos recibirlo. Cuando los hombres y las mujeres se acercan a Dios jactándose de su supuesto conocimiento espiritual, Dios los declara ignorantes. Si se acercan a Dios jactándose de sus propios logros, Dios no les toma en cuenta eso y no los recibe. Pero si, con humildad, reconocen que han rechazado lo que Dios con claridad reveló en la naturaleza, que no tienen excusa, que la ira de Dios justamente está suspendida sobre ellos, entonces Dios obrará en sus vidas. Les mostrará que ya abrió un camino para que la ira de Dios no caiga sobre ellos, que Jesús lo tomó, y que ahora el camino está libre para que crezcan en el amor y el conocimiento de Dios que es la salvación.
Espero que este tema sea de beneficio para sus vidas, como ha sido para la mía. Continuaré la próxima semana con otro tema, siempre encadenado a esto que estamos viendo, y no se olviden de enviarme sus comentarios o escribirlos en este espacio, que serán bienvenidos.
Que Dios les bendiga siempre.
4 comentarios:
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Hola Charly. Es importante ubicar en el contexto lo que el apóstol Pablo indica acerca del conocimiento de Dios ya que eso daría una mejor idea de su escrito y pareciera que por naturaleza el ser humano tiende a confundir las cosas naturales con el Ser Supremo, así que lo más fácil es atribuirle valor de deidad por ello: "reemplazaron al Dios de la Gloria con imágenes de todo lo pasajero: imágenes de hombres, de aves, de animales y reptiles" (Ro.1:23 Biblia Latinoamericana), lo cual también se convierte en una forma de detener el conocimiento de Dios. Con relación al aspecto psicológico del rechazo de Dios, es un fenómeno descrito para cualquier tipo de trauma en el cual se activan los denominados "mecanismos de defensa del yo", que parten básicamente con la "represión" y luego aparecen otra serie de mecanismos, según la personalidad de cada uno, lo cual puede conducir a varios tipos de neurosis. En el caso del trauma generado por el rechazo de Dios, no solamente lleva a la "sustitución", también puede llevar a la "racionalización" (también descrito por el apóstol en Romanos 1:22 y 25)y proclamaron la sabiduría humana como lo más excelso, aunque con ello, según el apóstol se hicieron necios, y luego cambian la verdad de Dios por la mentira, regularmente esta racionalización la utilizan los intelectuales para justificar su "ignorancia de Dios".
Querido Amigo Carlos: es una tarea respetable la que estás realizando, sobretodo porque estás siendo consecuente con tus principios de fe. Esto merece, entonces, una respuesta respetable. Si bien, lo que te voy a compartir es opuesto a la fe en dios, la religión y la iglesia, son comentarios críticos, no destructivos y, menos aún, pretenden cambiar la conciencia de nadie. Te estaré rebatiendo desde mi postura que niega la existencia de dios. Mis argumentos te pueden conducir a buscar respuestas que afiancen tu fe y mí también me servirá esta discusión respetuosa y reflexiva para fundamentar mis creencias o, talvez, echarlas a la basura. Es válido, ¿no?
Empezaré con mi concepción de cómo surgió todo: El ser humano –la biblia habla del hombre, ¿no es eso machismo?-, desde hace muchos miles de años ya tenía inteligencia, sentimientos, habilidades y valores; pero también ignorancias, dudas, temores, aflicciones, debilidades, necesidades, etc. Los seres humanos de hoy no hemos cambiado mucho. Tanto antes como ahora, nuestras capacidades son insuficientes para resolver las preguntas más difíciles: ¿quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Cuál es nuestra función aquí? ¿Qué es bueno y qué es malo? ¿Qué es más importante: el ser humano, la naturaleza, dios…? Ante la angustia de no comprender nuestro origen y el de todo lo que nos rodea, ni tener claro un papel en este mundo que dé sentido a nuestras vidas, los seres humanos tuvimos la necesidad de crear dioses que lo saben todo y lo pueden todo, como un recurso psicológico y eficaz instrumento social para lidiar con la tensión producida por la sensación de insignificancia, inseguridad, impotencia, etc. Más reciente fue la creación de figuras como superman, rambo, el libre mercado, etc., con la misma función pero menos sublimes. En fin, yo creo que dios fue creado hace muchísimo tiempo por mentes humanas "a su imagen y semejanza", como una forma fácil y accesible de responder a necesidades insatisfechas, frustraciones y preguntas. Comenzaron a imaginar seres superiores con poderes que resolverían lo que la sociedad no podía o no quería. Con el tiempo, más personas compartieron tales creencias en dioses con poderes especializados para diferentes propósitos. Pero ¡Qué desorden que cada uno pregone una creencia distinta! Las creencias tuvieron que ser ordenadas y editadas: todo tipo de eventos históricos, fenómenos naturales, milagros, relatos, anécdotas y escritos. Ya había suficientes materiales sobre la creencia en dios para el surgimiento de las religiones. No debió tomar mucho tiempo para que algunos sinvergüenza (como Tito) que, apoyados por unos incautos, vieran el verdadero potencial de todo esto. Las religiones sistematizaron mitos y creencias y se aprovecharon de las necesidades, temores, angustias, dudas, carencias e ignorancias de las personas para ganar muchos más adeptos y, progresivamente, más poder, que es lo que al final persiguen. Las religiones se alimentan del temor, la inseguridad y la necesidad de las personas para controlarlas. El siguiente, fue un gran movimiento: institucionalizar la religión, es decir, la creencia en dios sistematizada, uniformada y regulada (según la religión que se trate), para aprovechar mejor los beneficios del poder económico y político logrado hasta el momento. Nació la iglesia y se impuso a la fuerza, brutalmente, hasta nuestros días. En conclusión, es comprensible que muchísimos humanos creamos que tenemos necesidad de un dios y de conocerlo. Muchas de las necesidades son creadas por los mismos humanos, es decir, nuestras mentes. Muchas veces la necesidad de creer en dios ha sido implantada por la fuerza, hasta con el uso de la violencia. No es cierto que el único camino para responder a los enigmas que más nos agobian sea el conocimiento de dios ni de Jesús. La fe se fundamenta en dogmas que nos vuelven cómodos e irresponsables con los verdaderos problemas de la sociedad. Mientras creo en dios, que me perdona, hago barrabasadas de las que ni siquiera estoy conciente, o me hago la bestia. La ciencia tiene algunas respuestas, pero no se basa en dogmas. En eso es más responsable que la fe, pues reconoce sus límites y se interna en la lucha contra los problemas de degradación del planeta, la pobreza, el hambre, las enfermedades, la violencia, la intolerancia, etc.
Otro día te comento sobre el valor de verdad de dos afirmaciones comunes: “Dios existe” y “La Biblia es la palabra de Dios”, cuando la validez de las pruebas recae sólo en lo que dice la Biblia y, recientemente, un montoncito de hallazgos, para darle el toque científico. Para sostener eso es necesaria una fuerte dosis de fe, además de renunciar a la ciencia verdadera. Muchos científicos, capitalistas, comunistas, políticos y religiosos suelen retorcer los métodos científicos para engendrar grandes engaños con el fin de confundir y dominar a la gente. Para mí, es mejor no mezclar la fe y la ciencia.
Hola Dorian. Te agradezco hayas tomado de tu tiempo y leer los temas que he escrito en este blog. Igual quiero contestarte de la manera mas respetuosa sobre tus comentarios, los cuales son una prueba a lo que escribí en el primer tema “Conociendo a Dios”, donde hablaba de los tres postulados que en la actualidad se pueden ver en cuanto al conocimiento de las cosas se trata, y en el comentario que Byron me hizo del mismo lo explica mas claramente, que los tres postulados son: “a) La racionalista: que incluye todo el pensamiento racional, científico, secular; b) El Misticismo Animista, que invita a "espiritualizar" los fenómenos y a formar creencias religiosas que excluyen al Dios que presenta el Judeo-Cristianismo; y c) El Teismo: que plantea el conocimiento del Dios verdadero, según postulados Bíblicos.”
Pues bien, vos me estas hablando desde el enfoque racionalista, y me confirmas cuando decía que el enfoque se topa cuando ya no encuentra respuestas, cuando vos mismo decís que “la ciencia tiene algunas respuestas…”, pero igual no puede contestar a tus preguntas ¿quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Cuál es nuestra función aquí? ¿Qué es bueno y qué es malo? ¿Qué es más importante: el ser humano, la naturaleza, dios…?
Ahora bien, el enfoque Cristiano, si puede darte respuestas a tus tres preguntas, y aún contesta otra pregunta que no hiciste, “A donde vamos después de esta vida?, y bien sabes que estas respuestas están muy ligadas a la Fe que tenemos en Dios y a lo que esta escrito en la Biblia, en donde encontramos una definición de la Fe: “Es, pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. (Heb. 11:1)
Yo te preguntaría, que es lo que vos esperas? Cual es tu convicción? Puede la ciencia demostrar cosas como los sentimientos (amor, cariño, afecto,etc.)? Como podes demostrar el amor que tenes para tus padres, hermanos, hijos, etc.? Hay algún enunciado científico que pueda demostrar todos esos sentimientos íntimos del ser humano? Como puede llenar el hombre ese vacío interno que lo hace buscar respuestas? No esperarías vos o quisieras ver de nuevo a tu papá, o a Ludin, tu primo? No crees que es muy triste pensar que cuando muramos, allí termina todo con el ser humano?
La ciencia ha cambiado sus postulados sobre el origen del hombre constantemente, y entre los mas conocidos están los de la evolución (ya caducado) y muy recientemente el de la expansión , pero son postulados sin pruebas ni nada concreto.
Yo me pregunto, porque el hombre se niega a creer o aceptar el postulado de que fue creado, con un propósito, y que lo único que tiene que hacer es pedir la fe para creer en ello y que necesita de alguien que le de vida eterna, y ese alguien es Dios por medio de su hijo Jesucristo. Tal vez, es por el mal testimonio de los que supuestamente han aceptado creer y profesado ser creyentes en Cristo, pero si nuestra fe esta fundada en Dios, un ser perfecto, no nos debe importar que haga el hombre, un ser imperfecto.
Cada quien es libre de creer en lo que mejor le convenga, según la situación en la que se encuentre, pero yo quiero terminar con las palabras de Josué, que bien indican lo que yo he creído, cuando dice: “Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quien sirváis…pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” (Josué 24:15)
Dios te bendiga.
Carlos.
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