Esta palabras resumen en buena manera a lo que he escrito en los dos anteriores temas, pero, como siempre hay un pero, también me introducen un nuevo problema o más bien otras dudas, muchas dudas mas.
Si es cierto o afirmamos que la sabiduría consiste en "el conocimiento de Dios y de nosotros mismos", entonces; ¿Quién tiene dicho conocimiento? ¿Quién puede verdaderamente conocer a Dios y conocerse a sí mismo?"
Si somos sinceros, debemos admitir, que la única respuesta posible es: "Nadie".
Realmente creo que, nadie puede conocer verdaderamente a Dios, y, también diría que nosotros tampoco podemos conocernos a nosotros mismos en forma adecuada, por el simple hecho de que no hemos conocido a Dios en primer lugar. Pero, de nuevo otras preguntas; ¿Por qué no conocemos a Dios? ¿No es posible llegar a conocerle?, ¿Acaso es su culpa, o la nuestra?
Naturalmente, nos resultaría más fácil culparlo a él, pero, si esta es la respuesta a las preguntas, en donde queda lo de que Dios puede hacer cualquier cosa?, pero por el otro lado, si la culpa es de nosotros (o, podríamos preferir decir, si la culpa está en la naturaleza de las cosas), entonces no hay nada que pueda hacerse, no podríamos llegar al conocimiento de Dios y de nosotros.
Para tratar de resolver este problema, yo les preguntaría, en donde podemos buscar algo que nos interesa conocer, en un lugar en donde haya luz o en un lugar que esta a oscuras. Donde sería más fácil hallar lo que buscamos. Indudablemente la respuesta es: "En donde hay luz".
Entonces, si lo que deseamos es llegar a conocer a Dios, debemos de buscarlo en el lugar que tenga la suficiente luz para poder encontrarlo, y ese lugar es ni mas ni menos que “LA BIBLIA”, es el único lugar con suficiente luz para encontrar a Dios y en ella encontramos que el problema de no conocerle, no es culpa de el sino nuestra, aunque nos parezca no muy grato esta afirmación.
Por lo tanto, el problema tiene solución!!. Tiene solución por que Dios ha tomado la iniciativa de revelarse o darse a conocer a nosotros, por medio de su palabra escrita, La Biblia, y así proveernos con la llave que nos faltaba.
Ahora bien, debemos tomar en cuenta, otro problema, aunque este resulte extraño, que es, el que, la persona que no conoce a Dios, en un cierto sentido, pero igualmente válido, le conoce pero reprime ese conocimiento. Acá debemos ver la diferencia entre "ser conscientes" de Dios y verdaderamente "conocer a Dios". Conocer a Dios significa tomar conciencia de nuestra profunda necesidad espiritual y de cómo Dios puede suplir dicha necesidad, para luego confiar en Dios y adorarlo. Ser conscientes de Dios sería sólo saber que Dios existe y que merece ser obedecido y adorado.
La mayoría de los hombres y las mujeres no conocen, ni obedecen, ni adoran a Dios en forma natural. Sin embargo, son conscientes de Dios.
Esto nos lleva a una de las afirmaciones más importantes que han sido registradas para beneficio de todos nosotros, la cual se encuentra en La Biblia, en la carta del apóstol Pablo a la iglesia recién establecida en Roma, alrededor de los años 56 y 57 d.C., y esta dice así:
“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible, en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.” (Rom. 1:18-23)
En este párrafo de la carta de Pablo a los Romanos, se pueden ver muchos aspectos e ideas, pero yo quisiera que podamos ver tres ideas fundamentales, que son estas:
- Primero, la ira de Dios se despliega contra el hombre natural.
- Segundo, el hombre ha rechazado a Dios deliberadamente.
- Tercero, este rechazo ha tenido lugar a pesar de la conciencia que de Dios posee toda persona naturalmente.
Siguiendo con el tema, entonces, tomando la tercera idea, de la conciencia de Dios que toda persona posee naturalmente, podemos ver que, aunque nadie conoce a Dios naturalmente, nuestro fracaso en conocer a Dios no es culpa de Dios, sino que nuestra, ya que Él se ha revelado a sí mismo en dos aspectos, y todos tenemos la oportunidad de poder verlos.
El primer aspecto es la revelación de Dios en la naturaleza. Pablo dice que todo lo que el hombre natural puede conocer sobre Dios ha sido revelado en la naturaleza. Por supuesto, que este conocimiento es un poco limitado y talvez costará un poco ver a Dios en la naturaleza, pero aunque dicho conocimiento resultare limitado a algunos, es suficiente para que nadie pueda usarlo como excusa, como bien dice Pablo, y no seguir de ahí en adelante buscando a Dios en su plenitud.
En un lenguaje contemporáneo, la frases "eterno poder" puede entenderse cómo la palabra “supremacía”, y "deidad" podría ser sustituida por “ser”, por lo cual, podemos entender que Pablo nos está diciendo que la evidencia proporcionada por la naturaleza acerca de un “Ser Supremo” es amplia y enteramente convincente. Dios existe, y los seres humanos lo saben. Quien no ha estado en lugar apartado del bullicio y luces de la ciudad, ya sea un campo que da a una vista de montañas, lago, volcanes, etc., y no tiene esa sensación de algo o alguien muy poderoso tuvo que haber hecho eso.
Entonces, cuando los hombres y las mujeres se niegan a reconocer y adorar a Dios, de acuerdo a esta evidencia, la culpa no está en la falta de dicha evidencia sino en su determinación irracional de no conocerle o no verle.
En el Antiguo Testamento, encontramos en el Salmo 19:1-4, otra clara evidencia de la revelación de Dios en la naturaleza, cuando leemos:
"Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras"
El asunto es que la evidencia de la revelación de Dios en la naturaleza es suficiente para convencer a cualquiera de la existencia y el poder de Dios, eso si y solo si, la persona la acepta.
Bueno, en el próximo escrito seguiré con el segundo aspecto.
Que Dios los bendiga a todos.
1 comentario:
La palabra conocer, es sinonimo de comprender, entender, saber. sin embargo, Dios estimo no podemos llegarlo a conocer en esencia, en esta vida. El salmista decía tal conocimiento es demasiado maravilloso para mi, alto es no lo puedo entender. Más contamos con una gran promesa de parte del Señor, en colosenses 3:10, que dice que ese conocimiento, se va renovando hasta que un día llegará a su plenitud, no le hara falta nada. Nuestras dudas serán satisfechas cuando estemos con Él. En tanto que estemos aqui Dios nos permite a través del conocimiento de su Palabra, tener entendimiento, sabiduría, inteligencia prudencia, para comprender las cosas inesperadas de un Dios que actúa en nuestras vidas, y mayormente cuando nos esforzamos en conocerle por medio de su Palabra.
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